“Las batallas se ganan en el engaño, si tu enemigo es colérico, provócalo; si hay fuerzas iguales pelea, si no, retírate y revalora…” Una frase que se mueve en medio del mundo financiero en el que se venden y compran acciones para amasar grandes fortunas: la Casa de Valores.
En Wall Street, Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven y ambicioso corredor de bolsa que consiguió terminar sus estudios universitarios gracias a su esfuerzo y al de su padre (Martin Sheen), mecánico y jefe del sindicato de la empresa de aviación Blue Star Airlines (servicios ejecutivos internacionales). Fox es un novato en busca de mejores clientes para ganar jugosas comisiones, al inicio del film se observa la apertura de la bolsa y cuál es el proceso que llevan al cabo los brókeres para convencer, en el menor tiempo posible al mayor número de clientes. Entonces se hace referencia, por primera vez, a la información y la trascendencia que tiene conocerla con anterioridad para hacerla pública, acción que afecta al precio rápidamente, por eso quiénes poseen información privilegiada se aprovechan para hacer mucho dinero, esto es ilegal y se le conoce como insider trading.
El mayor deseo de Bud es trabajar con un hombre al que admira, Gordon Gekko (Michael Douglas), un individuo sin escrúpulos que se ha hecho a sí mismo y que en poco tiempo ha conseguido una gran fortuna en el mundo de la bolsa. Gracias a la insistencia de Bud (59 llamadas telefónicas en dos meses) consigue reunirse con Gekko y para introducirse en el círculo privado de ese hombre todopoderoso hace uso de información privilegiada sobre la empresa de aviación en la que trabaja su padre y comienza a colaborar con él en sus negocios e inversiones, aunque para ello, tenga que violar algunas leyes y las propias reglas de la Bolsa de Valores.
Bud Fox se da cuenta de lo importante que es utilizar la información privilegiada para convertirse en un afortunado bróker, pero deshonesto. Se infiltra en una firma de abogados para conseguir dicho objetivo, comparte esa confidencialidad con Gekko para vender más y obtener mayores comisiones, en medio de todo esto, finca una gran fortuna, se convierte en millonario gracias a su empleo en la Bolsa de Valores, aunque no falta el buen compañero (Lou Mannheim) que le advierte que eso es ilegal y trata de que Fox no se desvié del camino y le recuerda que las personas así, van y vienen, los verdaderos brókeres son los que se mantienen, la bolsa es un mecanismo para financiar las empresas y hacer llegar dinero para la investigación e innovación. Bud le dice que eso es temporal, pero su compañero sabe que una vez haciéndolo ya no lo podrá dejar.
Las cosas se le complican a Fox cuando un inspector de la Comisión de la Bolsa de Valores lo tiene en la mira e inicia una investigación sobre el inseder trading que se lleva a cabo. Bud convence a Gekko para invertir en la empresa de aviación en la que su padre se desempeña como mecánico, pero en lugar de engrandecer a Blue Star Airlines decide desaparecerla, entonces Fox recibe una lección sobre el capitalismo hecha por Gekko.
Para evitar la desaparición de Blue Star Airlines Fox busca a uno de los enemigos de Gekko y le ofrece información privilegiada para que compre acciones a bajo precio, Gordon termina con una gran pérdida.
Fox es arrestado por conspiración y cometer fraude de valores y por violar el acta de la Asociación de Comerciantes. Fox coopera con los agentes para hacer confesar todas las trampas de Gordon Gekko… Wall Street, es una película que nos muestra lo negativo de la Bolsa de Valores, es el despertar de una ambición desmedida que lleva a Bud Fox a cometer delitos con el fin de ganar insospechadas cantidades de dinero, un difícil camino para el arrepentimiento después de llegar a ser millonario.
El Dinero no Duerme (Wall Street) es la historia de Louis Sthone, un corredor de bolsa, sus creadores la llevaron a la pantalla grande en su memoria.
Si no han visto Wall Street, El Dinero no Duerme, en la revista SECOCO-MARTZ, se la recomendamos y tal vez recuerde otra de sus frases que dice: “Cada Batalla se gana mucho antes de haberla peleado”.
Lic. Aída Mendoza Flores.
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