Desde que llegamos al bufete Ignacio Mendoza Abogados S. C., ubicado en la colonia Polanco de la CDMX, se respira un aire familiar, de cordialidad y confianza, honestidad. Mientras esperábamos a la dinastía de profesionales del Derecho, nos dimos a la tarea de observar un inmueble plagado de recuerdos adquiridos con el paso del tiempo y seguramente heredados de generación a generación. El hielo se rompe de inmediato cuando, Ignacio Mendoza Aguilar y los hermanos Diego y Santiago Mendoza Walker, entran a la sala, “no, usted y nosotros, no somos parientes, coincidencias que tiene la vida” …
Luego de darnos la bienvenida, iniciamos la conversación al recordar que todo inició en 1947 con Ignacio Mendoza Iglesias, quien ejerció la profesión de Abogado tras asociarse con el licenciado Adolfo Aguilar y Quevedo, para después, en 1956 independizarse y crear la firma. “Mi padre fue el fundador, de ahí me nace la pasión por el Derecho y me incorporo a Ignacio Mendoza Abogados S. C., en 1970, fue mi socio por más de 25 años, murió en 1995, desde entonces se une Diego y, después, Santiago, mis hijos. Es una firma especializada en materia penal, tenemos asociados en otros rubros, uno de ellos, con el Contador Rafael Martínez Zermeño, tenemos tres lustros de conocernos profesionalmente. Recuerdo que el primer contacto que tuve con él, fue a través de un asunto en una cementera y a raíz de eso, mantenemos una relación cordial y afable”, reseña el Abogado Ignacio Mendoza Aguilar.
El asociado Diego Mendoza Walker, nos abre más el panorama al informar que son un despacho encargado al derecho penal de empresas, “como política no litigamos ni asesoramos asuntos que versen con la delincuencia organizada, delitos sexuales o contra el Estado. Nos dedicamos a temas patrimoniales no violentos: fraudes, abusos de confianza, Ley del mercado de valores, entre otros”.
¿Cómo va México en materia penal, hemos evolucionado?
-Hay un parte aguas en el país, desde el momento en que se puso en marcha el Sistema Penal Acusatorio actual, un nuevo proceso de cómo se deben investigar los delitos, procesar y sancionar. Hoy, la mecánica en el país es oral, tratando de evitar oscurantismos o atropellos a los derechos humanos.
“Es sabido por todos que, con el sistema anterior, el presunto acusado podía pasar largos periodos en prisión hasta tener una sentencia y si resultaba absolutoria regresaba a la calle ya con muchos años de estar pagando por un delito que no cometió o no se comprobó. Actualmente, el nuevo sistema tiende a favorecer los derechos humanos, la presunción de inocencia, lo que provoca que sean delitos muy selectos los que ameriten que el presunto responsable esté en una cárcel y el Estado pueda privar de la libertad a una persona, los demás casos son tendientes a que los acusados estén en libertad durante el seguimiento del proceso”, considera el Abogado. Y agrega: “Se trata de un cambio volátil en el sistema jurídico mexicano, tratando de adoptar formas y mecanismos procesales de naciones más modernas que tienden a garantizar la libertad de las personas. En esta etapa quedan muchas cosas por hacer, una de ellas, quizá la más trascendente, no hay reglas claras para efecto de determinar la reparación del daño, es decir, si usted es víctima de un delito, el sistema no es tan ágil para que exista la reparación, sobre todo económicamente, a veces se tiene que llegar a una sentencia para poder ser reparado el daño que causó el delito”.
Diego Mendoza Walker considera que estamos en una etapa de aprendizaje, de perfeccionamiento del nuevo sistema, "seguramente nos llevará años sacarlo a flote, la idea es corregir los grandes errores con la mayor contundencia posible por parte de nuestros legisladores”.
Al respecto, el Abogado Ignacio Mendoza Aguilar indica que es un procedimiento que lo van a tener que aplicar los jóvenes, pues él con su experiencia tiene serias dudas, por tratarse de un Sistema Penal Acusatorio que fue implementado de forma apresurada: “A pesar de que le dieron 8 años, no fueron suficientes. Hay quejas de la sociedad de que no se ha capacitado a la policía como se debe, él, es el primer sujeto activo en el procedimiento, tiene más campo de acción y no lo sabe aprovechar. Lo mismo podemos decir de los agentes del Ministerio Público, los jueces”.
Coincido con quienes aseguran que el nuevo Sistema Penal Acusatorio es una puerta giratoria, señala nuestro entrevistado, ha faltado claridad para definir cuándo debe salir la gente y cuándo no. “Hay reclamos sobre la libertad condicional, en algunos casos ha sido cuestionada, con el anterior sistema no había ninguna posibilidad de estar fuera, ahora simplemente algunos delitos no están en el catálogo que ameritan prisión preventiva, algo que la gente reclama. Espero que los jóvenes estudiosos sean los que pongan al día esto y que la sociedad este satisfecha con un sistema que funciona como lo reclama la ciudadanía”.
“Reitero, tengo serias dudas, me acostumbre al otro procedimiento, se decía que era corrupto, desafortunadamente, es un acto que impera en ambos sistemas. Lo que faltó en el antiguo sistema fue recompensar bien a los actores con mejores sueldos, llámense policías judiciales hoy de investigación, ministerios públicos, jueces, magistrados y ministros. Se ha gastado un dineral para implementar la nueva justicia, en los tribunales, en las salas de actuación, era más fácil otorgar mejores salarios a cada servidor público dedicado a la materia penal”, manifiesta el Abogado.
Los especialistas en materia penal del bufete Ignacio Mendoza Abogados S. C., hacen énfasis en que no hay casos fáciles cuando está comprometida la libertad de una persona o su patrimonio. “Cuando hay una investigación criminal o un proceso nada es fácil, hay que cuidar cada detalle y tener una preparación específica para cada asunto, puede haber casos menos complejos, pero no por ello resultan menos complicados. Al final de cuentas son personas las que están peleando de un lado y del otro, todos persiguen ciertos objetivos, decir que hay asuntos más fáciles que otros, no es correcto, la respuesta es cómo debemos proteger y cuidar la libertad de las personas con capacidad y fortaleza, eso nos distingue”, subraya Diego Mendoza Walker.
Al ser interrogado sobre si el tiempo de duración de un juicio depende de la habilidad del Abogado, el asociado de la firma nos responde que en este país estamos inmersos en una burocracia y reglas procesales que se llevan cierto tiempo, hay asuntos que podrían llevarse un par de meses y que acaban convirtiéndose en años, porque cada etapa procesal tiene su ritmo, tiene su porqué y para qué. Aunque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ordena que sea una justicia pronta, a veces el propio andamiaje jurídico hace que sean asuntos interminables, ahí es fundamental la confianza hacia el Abogado, que haya entendimiento y una explicación clara, para que el cliente entienda perfectamente en qué momento estamos, qué es lo que va a pasar y cuánto tiempo puede llevarnos resolver su caso”.
Para el Abogado Santiago Mendoza Walker es importante, desde un principio, establecer que existen los mismos derechos para una u otra persona, “todos tienen derecho de acusar y, en su caso, a una defensa; lo importante, es establecer los lineamientos de cada juicio, porque cada asunto, aunque sean delitos similares o idénticos, es totalmente diferente por las personas que están involucradas, aquí los factores juegan un papel predominante: la edad, sexo, condición económica, entre otros, por lo que pueden variar los tiempos procesales, eso es lo que tenemos que abordar de manera profesional, transmitiendo siempre al cliente la confianza, trabajando con honestidad y sobre todo con el mayor apego al Derecho en todas las instancias, rutas y tiempos procesales que existan dentro de un juicio”.
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